Porque el estigma que carga una mujer adicta es mucho más pesado que el de un hombre, aunque la enfermedad sea la misma para ambos sexos.
Si el porcentaje de mujeres consumidoras de alcohol o drogas que piden ayuda es tan reducido, ¿no será que seguimos negando socialmente su adicción?
La adicción en las mujeres sigue siendo un tema tabú. No se habla de ella, lo que no significa que no exista, ni disminuye los estragos que cada vez en mayor medida produce en nuestra sociedad.
Es frecuente que las mujeres que pasan por un problema de dependencia de sustancias, personas o conductas lo oculten y lo nieguen, incluso ante ellas mismas.
La implicación de la mujer en la vida laboral y social al mismo nivel que los hombres la ha llevado a adoptar conductas que antes sólo se relacionaban con lo masculino. El aumento de mujeres adictas a sustancias (drogas, medicamentos, alcohol), personas (sexo, codependencia) o conductas (juego, comida), ha aumentado mucho en los últimos años, sin que la sociedad actual esté preparada para ello.
“Nadie enciende una lámpara para meterla en un cajón. Todo lo contrario, la pone en un lugar alto para que alumbre a todos” Mateo
Ama-t responde a una necesidad y es una contribución a una sociedad más libre, más consciente de la importancia de orientar a mujeres que padecen cualquier tipo de dependencia hacia una vida con sentido y dignidad.
Somos mujeres que conocen el mundo de la adicción y acompañamos a otras mujeres por un sendero que ya hemos recorrido. Lo hacemos desde la formación continuada y el rigor profesional. Llevamos más de 10 años estudiando las técnicas psicológicas más vanguardistas del desarrollo personal y profesional.
Trabajamos con madres, hijas, esposas, trabajadoras e intelectuales que no sólo han dejado de consumir drogas sino que, además, han elegido sanar y reorientar sus vidas en función de sus propios objetivos personales y laborales.